Luego de ver, revisar, y descartar varios vehículos, por fin encontramos el carro indicado según mi asesor automovilístico. Una tarea que duró varias semanas, que incluyó un viaje a la ciudad de Moca, visitas a todas las agencias de vehículos de Puerto Plata, unas cuantas de Santiago, y unos 4 carros descartados en la ciudad que vendían sus propietarios.
El miércoles en la tarde (hace una semana hoy), me llaman que habían visto el carro ideal, un Toyota Corolla año 1995, en perfecto estado de carrocería, motor, interior, además de los accesorios que tenia, aros de 15, suspensión, frenos de discos en las 4 gomas, alarma, asientos forrados, y el precio muy razonable. Les debo recordar que no soy un experto en el tema, así que eso fue algunos detalles que capté de todo lo que me dijeron del carro. El dueño lo vendía porque necesitaba el dinero para pagar una deuda, y además había comprado otro vehiculo.
Luego de revisarlo minuciosamente por arriba, por abajo, el motor, la pintura, nos dirigimos al malecón para correrlo, ahí pude observar lo picado que estaba el mar desde el miércoles santo, el carro respondió como se esperaba, según mi asesor, este era el carro correcto. Le entregamos una parte del dinero el miércoles con su respectivo recibo porque habían otros interesados que les visitarían mas tarde; el nos entregó el carro, y el jueves en la mañana hicimos entrega del dinero faltante y completamos el negocio con la entrega de la matricula, la firma del acto de venta y todo lo demás.
El miércoles en la tarde (hace una semana hoy), me llaman que habían visto el carro ideal, un Toyota Corolla año 1995, en perfecto estado de carrocería, motor, interior, además de los accesorios que tenia, aros de 15, suspensión, frenos de discos en las 4 gomas, alarma, asientos forrados, y el precio muy razonable. Les debo recordar que no soy un experto en el tema, así que eso fue algunos detalles que capté de todo lo que me dijeron del carro. El dueño lo vendía porque necesitaba el dinero para pagar una deuda, y además había comprado otro vehiculo.
Luego de revisarlo minuciosamente por arriba, por abajo, el motor, la pintura, nos dirigimos al malecón para correrlo, ahí pude observar lo picado que estaba el mar desde el miércoles santo, el carro respondió como se esperaba, según mi asesor, este era el carro correcto. Le entregamos una parte del dinero el miércoles con su respectivo recibo porque habían otros interesados que les visitarían mas tarde; el nos entregó el carro, y el jueves en la mañana hicimos entrega del dinero faltante y completamos el negocio con la entrega de la matricula, la firma del acto de venta y todo lo demás.
Al carro estar muy tumbado (bajito), ya he tenido que comprarles unos “esprines” para subirlo, y no maltratarlo con el mal estado de las calles de Puerto Plata. Así que solo resta darle las gracias a Dios por permitirme realizar una de mis metas de este año, que cuide y proteja siempre de mí y de los míos en las calles de este hermoso país, como siempre lo ha hecho.
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