
La
alcaldía, con la integración del sector privado, de este pueblito rural japonés,
ha identificado el interés de las personas por aprender y tener experiencias
auténticas sobre los recursos naturales, culturales, la gastronomía y la vida
rural, identificando así en Ikeda un gran potencial de estos elementos de
índole turístico. Por lo que han desarrollado diferentes estrategias, como la
del apoyo a la creación y establecimiento de empresas locales como vimos la semana pasada, y en esta ocasión, veremos algunas iniciativas relacionadas al turismo
con un enfoque de desarrollo de productos y servicios aprovechando los recursos
locales disponibles en el pueblo.
COMUNITA
– (La vida en el Campo)

En Comunita, los turistas interactúan con el personal de la granja y las habitaciones
ofrecen unas excelentes vistas al paisaje rural. Además, la comida que disfrutan los huéspedes está
basada en verduras y productos frescos cultivados en la localidad. Ofreciendo una rica combinación de sabores. Es una real experiencia
de la vida en el campo, al estilo japones.
KOTTE KOTE
– Ikeda (La tienda del Pueblo)

Los
fines de semana, la gente del pueblo celebran el Ikeda Market con tiendas itinerantes,
convirtiéndose en el lugar de interacción entre los lugareños y los turistas.
SOBA
DOKORO Ikeda-ya (Haciendo Soba)
La
soba es un plato de la comida japonesa, basado en una pasta (fideos) elaborada
con harina de trigo sarraceno. Se sirve frío con una salsa o caldo en que se
los sumerge, o en caldo caliente como el popular ramen. La Soba es un plato
típico
de Japón, y en este restaurante de Ikeda
han diseñado una oferta culinaria para que los turistas tengan la experiencia
de probar la pasta de Soba que ellos mismos elaboraron, con el acompañamiento
de maestros artesanos de Soba, que residen en la comunidad. Es una experiencia
que es disfrutada tanto por turistas como por locales. Se requiere de reserva
previa, tiene una duración de una hora y la soba preparada se puede comer tanto
en el restaurante, como para llevar.
Es
un ejemplo de cómo aprovechar la gastronomía, convertirla en una experiencia
que utiliza los recursos locales, al tiempo que se desarrolla una relación de cooperación y beneficio mutuo con los residentes del lugar.
En
esta segunda parte se pudo apreciar varios modelos de negocio, uno de
alojamiento y experiencias en una zona rural, aprovechando sus recursos potenciales.
Otro, que es un punto de comercialización e intercambio, en cooperación con
actores locales y por último, una actividad que permite poner en valor la gastronomía
local, como una experiencia para ser disfrutada por los visitantes. En cada uno
de ellos, se aprecia el valor del factor humano, la importancia de los
elementos locales que son distintivos y la trascendencia de la conservación de
la naturaleza, como base fundamental para la propuesta turística de este
pequeño pueblo rural japonés.
Amigo
lector, el interés de esta serie es motivar a la reflexión, considerando que estas
iniciativas se puedan llevar a cabo en el contexto dominicano o quizás mejor en
el contexto puertoplateño.
El
autor es ex-becario del Programa de Fortalecimiento de capacidades para la
creación de Destinos Turísticos Comunitarios con la participación central de
las comunidades locales, de la Agencia Internacional de Cooperación del Japón
(JICA).
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