Ikeda, ideas para incentivar el Desarrollo Local Sostenible Dominicano (2)


La semana pasada se publicó la primera parte de esta serie, que presenta algunas iniciativas que se han llevado a cabo para fomentar el desarrollo local en el pueblo de Ikeda, Japón, a manera de extrapolar las mismas al contexto social dominicano. Sin  embargo, pretender igualar la sociedad dominicana a la japonesa resulta una utopía, por sus niveles de desarrollo tanto en lo social como en lo económico. No obstante, mediante este ejercicio se procura poner en relieve estas ideas, que permite apreciar cómo el turismo, la actividad económica, puede ser una herramienta de desarrollo local que coloca en el centro de su dinámica a las personas que lo hacen posible y las cuales se han de beneficiar al unísono de sus promotores, mientras se respeta y conserva el medio ambiente.

La alcaldía, con la integración del sector privado, de este pueblito rural japonés, ha identificado el interés de las personas por aprender y tener experiencias auténticas sobre los recursos naturales, culturales, la gastronomía y la vida rural, identificando así en Ikeda un gran potencial de estos elementos de índole turístico. Por lo que han desarrollado diferentes estrategias, como la del apoyo a la creación y establecimiento de empresas locales como vimos la semana pasada, y en esta ocasión, veremos algunas iniciativas relacionadas al turismo con un enfoque de desarrollo de productos y servicios aprovechando los recursos locales disponibles en el pueblo.


COMUNITA – (La vida en el Campo)



Viene del significado de la palabra comunidad en italiano. Es una instalación donde se realiza labores de agricultura en respeto con la naturaleza, ofrecen la experiencia al visitante de la vida en una pequeña granja. Ahí ha radicado su popularidad, en atraer a clientes de zonas urbanas para que experimenten la vida en el campo, donde pueden realizar labores agrícolas acorde a sus capacidades, deleitarse con paseos por senderos en la montaña entre ríos naturales, descansar en alojamientos en armonía con el entorno y disfrutar de la hospitalidad única de los residentes en las comunidades rurales. Le resulta familiar?!


En Comunita, los turistas interactúan con el personal de la granja y las habitaciones ofrecen unas excelentes vistas al paisaje rural.  Además, la comida que disfrutan los huéspedes está basada en verduras y productos frescos cultivados en la localidad. Ofreciendo una rica combinación de sabores. Es una real experiencia de la vida en el campo, al estilo japones.


KOTTE KOTE – Ikeda (La tienda del Pueblo)



Se podría definir como la Tienda del Pueblo, está ubicada en el centro de Ikeda, con un concepto de negocio que busca servir de base de intercambio entre lo rural y lo urbano, allí se ofrece todo tipo de artículos de uso cotidiano para residentes y visitantes, incluyendo hermosos recuerdos o suvenir del pueblo, además de la cafetería con un menú de comida local, se respira un ambiente muy particular, diferente a visitar un supermercado o una tienda de conveniencia. Esta tienda es gestionada por una asociación de turismo rural, por lo que también es un pequeño centro de información, además la asociación tiene acuerdos de cooperación con agricultores locales, los cuales pueden comercializar sus productos de manera directa en la tienda. Aquí también se venden los productos que son desarrollados en Shoku-Labo.




Los fines de semana, la gente del pueblo celebran el Ikeda Market con tiendas itinerantes, convirtiéndose en el lugar de interacción entre los lugareños y los turistas.





SOBA DOKORO Ikeda-ya (Haciendo Soba)



La soba es un plato de la comida japonesa, basado en una pasta (fideos) elaborada con harina de trigo sarraceno. Se sirve frío con una salsa o caldo en que se los sumerge, o en caldo caliente como el popular ramen. La Soba es un plato
típico de Japón, y en este restaurante de  Ikeda han diseñado una oferta culinaria para que los turistas tengan la experiencia de probar la pasta de Soba que ellos mismos elaboraron, con el acompañamiento de maestros artesanos de Soba, que residen en la comunidad. Es una experiencia que es disfrutada tanto por turistas como por locales. Se requiere de reserva previa, tiene una duración de una hora y la soba preparada se puede comer tanto en el restaurante, como para llevar.

Es un ejemplo de cómo aprovechar la gastronomía, convertirla en una experiencia que utiliza los recursos locales, al tiempo que se desarrolla una relación de cooperación y beneficio mutuo con los residentes del lugar.



En esta segunda parte se pudo apreciar varios modelos de negocio, uno de alojamiento y experiencias en una zona rural, aprovechando sus recursos potenciales. Otro, que es un punto de comercialización e intercambio, en cooperación con actores locales y por último, una actividad que permite poner en valor la gastronomía local, como una experiencia para ser disfrutada por los visitantes. En cada uno de ellos, se aprecia el valor del factor humano, la importancia de los elementos locales que son distintivos y la trascendencia de la conservación de la naturaleza, como base fundamental para la propuesta turística de este pequeño pueblo rural japonés.     

Amigo lector, el interés de esta serie es motivar a la reflexión, considerando que estas iniciativas se puedan llevar a cabo en el contexto dominicano o quizás mejor en el contexto puertoplateño.





El autor es ex-becario del Programa de Fortalecimiento de capacidades para la creación de Destinos Turísticos Comunitarios con la participación central de las comunidades locales, de la Agencia Internacional de Cooperación del Japón (JICA).

Comentarios