En Puerto Plata se cuenta una
anécdota (real o no), sobre un proyecto de una fundación extranjera que buscaba
apoyar a comunidades en situación de pobreza. Los representantes de la fundación
visitaron algunos “barrios pobres” de la ciudad y para su sorpresa (y de los mismos
residentes) estos barrios no calificaban para el proyecto, ya que al levantar
la información de las personas y los hogares estos no entraban dentro de la categoría
de pobres, ya que disponía de viviendas en adecuado estado físico, mobiliarios,
electrodomésticos, acceso a agua potable, electricidad, combustible para
cocinar, educación, acceso a servicios de salud, entre otros elementos que para
el proyecto en cuestión, estos barrios no aplicaban como población objetivo y
el proyecto se tuvo que ejecutar fuera de Puerto Plata.
La complejidad que resulta de medir
la pobreza, trae consigo una diversidad de opiniones y puntos de vistas. De ahí,
que existen diferentes metodologías e indicadores para realizar esta medición,
pero con el apoyo técnico de la
Universidad de Oxford, el acompañamiento del
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) y el consenso de diversas instituciones gubernamentales e
internacionales en la República Dominicana de manera oficial se realiza
mediante un enfoque multidimensional, que combina distintas características de
la vivienda, el hogar y sus miembros, generando un Índice de Calidad de Vida
(ICV) que asigna a los hogares puntajes. Esta metodología se sustenta en
métodos estadísticos, que generan un conjunto de ponderadores combinando
información de diferentes variables.
Variables que van desde el
tipo de vivienda; materiales de pisos, paredes y techos. Donde se considera privado
si el hogar tiene pisos de madera, tierra u otro o si tiene paredes de tabla de
palma, tejamanil, zinc u otro o; si tiene techo de
asbesto- cemento, yagua/ cana, u otro.
Variables
sobre servicios básicos y equipamiento del hogar: Abastecimiento de agua
potable; sistema de eliminación de excretas; iluminación (si se alumbran con
lámparas de gas propano o
kerosén, o si reciben en promedio menos de 14 horas al día de electricidad);
combustible para cocinar (si cocina con carbón/ leña u otro combustible);
eliminación de basura; y equipamiento del hogar.
El Capital
humano y género del jefe del hogar: Sexo del jefe del hogar; educación del jefe
del hogar, educación media del hogar; asistencia escolar de personas entre 6 y
14 años; y hacinamiento.
La capacidad
de sustento familiar: Proporción de niños y niñas de 5 años y menos; proporción
de personas que trabajan (como que ningún miembro de 18 años y más del hogar está ocupado/trabaja).
De
igual modo el tema de Salud: Mortalidad infantil, aseguramiento en salud
(personas que no poseen seguro
de salud), enfermedad (persona que padece alguna enfermedad y no tiene
acceso a tratamiento/medicamento.)
y seguridad alimentaria.
Medir
la pobreza no es un ejercicio simple, solo basado en el cálculo de los niveles
de ingresos económicos de las personas y las condiciones físicas de un hogar. Cuando
desde el gobierno se anuncia, que ciertos grupos poblacionales ya no se consideran pobres, o que cierta
cantidad de personas “salieron de la pobreza”, se refiere más a si estas
personas cumplen o carecen de las ponderaciones que miden las diferentes
variables del Índice de Calidad de Vida (ICV) de la República Dominicana.
Esta
herramienta de medición es de gran valor, ya que sirve de guía para que los
gobiernos puedan combatir de manera responsable la pobreza de sus ciudadanos, haciendo
frente a cada una de estas dimensiones, procurando generar un estado de
bienestar que sea percibido por las poblaciones
en condición de vulnerabilidad y que a la vez desde el Estado se garantice la
sostenibilidad en el tiempo de cada uno de estos indicadores.
Datos - Fuentes:
http://www.dicc.hegoa.ehu.es/listar/mostrar/123
https://siuben.gob.do/wp-content/uploads/2019/07/libro-ipm-rd-26062017.pdf
https://acento.com.do/2019/opinion/8664869-la-medicion-la-pobreza-multidimensional-rd-1-2/
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