Altamira es un poblado altamente productivo, que ha visto nacer a
asociaciones de mujeres con proyectos para la elaboración de productos a
base del cacao orgánico, o de frutos que luego de ser procesados
permiten saborear exquisitos vinos. Con 129 años de haber sido elevado a
municipio, en la actualidad cuenta con una población aproximadamente 25
mil personas. Su gente ha sabido aprovechar las bondades que le regala
la naturaleza, por estar enclavado en la cordillera Septentrional.
De esta tierra son el merenguero Wilfrido Vargas, artífice de la
creación de varias orquestas y también el lanzador de Grandes Ligas,
Bartolo Colón, quien por amor a la tierra que lo vio nacer, decidió
construir hace algunos años el estadio de béisbol que lleva su nombre y
que permite la práctica de ese deporte de jóvenes de esa zona.
Su origen
Los inicios de la conformación de lo que fue la primera aldea de
pobladores se remontan prácticamente a la llegada de los colonizadores.
Una de las versiones establece que en la época del descubrimiento,
cuando el almirante Cristóbal Colón se desplazaba por el valle del
Cibao, debido a la altura de las montañas presuntamente exclamó la frase
“De lo alto miro”. Sin embargo, la versión más socorrida por sus
pobladores y estudiosos, refiere que fue designada con el nombre de
Altamira, por la semejanza geográfica de este municipio con las Cuevas
de Altamira de España.
Altamira está situado a 400 metros sobre el nivel de mar, con un
clima húmedo de bosque y limita al norte con el municipio de Imbert; al
sur con la provincia de Santiago; al oeste con los municipios de
Guananico y Esperanza de la provincia Valverde y al este con el
municipio San Felipe.
El pueblo tiene un relieve muy accidentado. En esa zona de la
cordillera Septentrional se ubican el Pico Diego de Ocampo, limítrofe
con Santiago, Pico el Gallo, Loma Prieta, Loma Los Picos, Loma Guazaral,
Pico Angostura y Pico Las Manaclas.
Durante las devastaciones de Osorio, esta comunidad sirvió de paso
comunicativo entre el Valle del Cibao y Puerto Plata y como refugio de
los colonos que se negaban a abandonar su población.
Para 1843, durante la ocupación haitiana y el gobierno de Charles Herald, fue designado como puesto Cantonal del Ejército Haitiano, pero con la proclamación de la Independencia de la República desapareció.
Acontecimientos y cambios
Durante un tiempo, Altamira pasó a formar parte de la provincia
Santiago, tras ser puesta en vigor la Ley número 40 del 1845, cuando
apenas era una comuna. Sin embargo, al ser elevada a la categoría de
municipio, por disposición del presidente Ulises Hereaux, el 29 de
octubre de 1889, mediante el decreto número 9793, pasó a ser parte de
Puerto Plata, de donde era oriundo el dictador.
El periodista Julio César Varga, refiere que hace algunos años, un
puñado de munícipes lanzó la idea de nuevamente formar parte del
territorio santiagués, debido a que en su mayoría hacen vida en
Santiago.
Su primer jefe comunal fue Don José Hilario Francisco; su primer
síndico municipal, Manuel Peña, y el primer sacerdote católico, Juan
Albino. Estas autoridades fueron juramentadas por el gobernador de
Puerto Plata, Pedro Pepín.
La comunicación entre Puerto Plata y Santiago se hacía por una vía
férrea que se inauguró en el 1897 y su principal estación de ferrocarril
estaba ubicada en el sector “La Piedra”, de esta comunidad.
El Cementerio Municipal fue construido por la misma empresa que
construyó el ferrocarril en el 1889, pero el mismo fue destruido por un
terremoto en 1946, del cual sólo quedó un portón de hierro que aún se
conserva.
Desarrollo de Altamira
Este municipio es la puerta hacia San Felipe de Puerto Plata,
cabecera de la provincia. A su llegada, hay que atravesar el túnel, que
se ha convertido en un símbolo de identidad de este poblado y de la
costa norte. La producción agrícola de cacao juega un papel primordial
en su desarrollo y empleomanía, pues el resto se trata de medianos y
pequeños comercios y tiendas. La relevancia de ese producto es tal, que
fue abierta la Ruta del Cacao. En la zona de Altamira funcionan al menos
cinco asociaciones que acogen a más de 300 productores.
Para fortalecer la siembra, la Asociación de Productores de Cacao
Orgánico de Altamira se ha sumado a las labores de reforestar todas las
zonas de la cuenca alta del río Bajabonico. De acuerdo con los informes
ofrecidos por sus integrantes, cada año son sembradas mil plantas de
diversas especies y cinco mil de árboles frutales. En el año 1990 nace
la primera como resultado de la alianza estratégica, la Asociación de
Mujeres Productoras de Chocolate (Chocolala) en la comunidad Las Lajas.
Hoy día, cuenta con 20 personas y una oferta de 19 productos
elaborados con el cacao, entre estos, chocolate de alta calidad, según
refiere Nelfi Altagracia García, cabeza del grupo de damas que hicieron
realidad el sueño de crecer económicamente y continuar en el campo.
García reconoce, que con el apoyo brindado por el gobierno, con la
visita sorpresa, recibieron un impulso que les permitió ampliar su
local. También decidieron abrir un sendero, donde los visitantes pueden
no solo observar la cosecha del cacao, sino de otras plantas frutales
que sirven para la elaboración del vino.
Para inicio del año 2007, un grupo de 30 mujeres de la comunidad
Palmar Grande empezó a gestar una institución similar a una cooperativa.
Sin embargo, es para el 2008 cuando materializan su sueño de crear el
Chocal. En la actualidad, quedan 22 socias. Con el paso de los años y el
crecimiento económico ha permitido emplear a varias personas de manera
permanente y 14 de forma temporal.
Luz Melecia Parra y Noemí Crisóstomo Cabrera, presidenta y
vicepresidenta del Chocal respectivamente, dicen que diariamente, puede
producir hasta tres mil unidades de barras de chocolate.
La producción de vino es irregular, de solo 50 cajas. Doce millones
de pesos que hace un tiempo fueron desembolsados en condición de
préstamo, tras una visita sorpresa del presidente Danilo Medina, ha
permitido mejorar su capacidad.
Aunque en este municipio de Altamira se respira aire de tranquilidad,
y según algunos moradores, incluidos comerciante, pueden dormir en las
calles sin ser atracados, sus habitantes enfrentan una serie de males
que por años esperan sean atendidos por los distintos gobiernos. A la
entrada al municipio, los comunitarios colocaron un letrero que reza:
“Presidente Medina, en la comunidad La Escalera vivimos gente”, en
alusión a las condiciones de deterioro en que se encuentra la carretera.
También demandan la construcción de un acueducto.
Fuente: https://www.elcaribe.com.do/2018/1/06/panorama/pais/el-municipio-de altamira-es-fuerte productor-de-cacao/
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