“Puertoplateño con toda fe muerte que no muera tu fe, porque algún día
esto tiene que cambiar”. De esa manera concluye el reconocido locutor
puertoplateño Don Danilo Arzeno, su acostumbrado “Paredón Moral” que se difunde
en la radio local. Es un ferviente llamado a no perder la fe, a que debemos
mantener la esperanza, que un buen o mal día el estado actual de las cosas
cambiará. Don Danilo Arzeno, excombatiente constitucionalista, quizás sin
darse cuenta, contradice al filósofo griego Heráclito cuando este dice “Lo
Único Constante (en la vida) es el Cambio”, y es que la sociedad actual está
sometida a grandes y vertiginosos cambios, que muchas veces por la rutina
diaria no se perciben. Detenerse a analizar cómo se realizaban ciertas
actividades hace apenas 20 años, al día de hoy son muy diferentes, una de ellas
es de donde muy probable usted esté accediendo a este escrito. Los avances y
cambios tecnológicos son incuestionables.
Sin embargo, a pesar de que hoy se puede leer este post desde el otro
lado del mundo, continúa ese resquemor y frustración por el derrotero que se
percibe lleva la sociedad, una grave descomposición social y ausencia de los
valores morales mínimos de convivencia. Entonces, hay quienes de manera directa
responsabilizan al Sistema, al cual señalan que está diseñado para mantener el
statu quo de los privilegiados y la desidia y pesadumbre de los desposeídos,
proclamando que todo está perdido, que ya no hay solución, que como sociedad nos
dirigimos a un callejón sin salida o aún peor a un despeñadero sin retorno. Las redes sociales son un termómetro de ese sentir.
Pero se ve una luz tenue al final del túnel, ya que si se define el
concepto de Sistema, el mismo se describe como un conjunto de varias partes que
interactúan entre sí. Donde una de esas partes del Sistema, es usted. Usted es
parte del sistema, si cambia usted, cambia también el sistema. Ese debe ser el
reto de hoy hacia al futuro, asumir lo que corresponde a cada cual desde su
círculo de influencia (familia, trabajo, amigos, etc.) y transmitir no con
palabras sino con ejemplo de vida, los valores y conductas que tanto le exige a
otro, ser usted un agente de cambio en su entorno, realizando cosas simples
pero de gran impacto ciudadano, tales como saludar y despedirse de un lugar,
dar las gracias, pedir permiso, respetar el turno de la fila, no tirar basura a
las calles, respetar las señales de tránsito (semáforo, doble parqueo, vía
contraria, velocidad), tener empatía con sus vecinos, valorar su familia,
respetar a las personas mayores, honrar sus compromisos económicos, si tiene
empresa no engañar a sus clientes o maltratar a sus empleados, y varias
acciones más que de seguro usted conoce.
Tenga la certeza de que más temprano que tarde el cambio va a llegar a
su vida, pero el cambio que queremos ver en la sociedad está en nosotros, el
verdadero cambio eres tú.
“Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo”. Gandhi
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