Inundación, redes y valores.



Las lluvias caídas en las últimas semanas en la ciudad de Puerto Plata nueva vez la ponen al descubierto y hace recordar la vulnerabilidad que existe frente a los fenómenos de la naturaleza, además de la gran debilidad de la parte urbana con relación al sistema de drenaje, donde hace años que sectores como el Gregorio Luperón, Ensanche Dubeaux, Playa Oeste, etc. siempre se inundan, igualmente sucede con la Av. Colón, Calles Beller, Profesor Juan Bosch, 30 de Marzo, Duarte, que “por tradición” decenas de locales comerciales y casas ven entrar las aguas negras dentro de sus instalaciones.  En esta ocasión el radio de los afectados fue exponencial y sectores como Torre Alta, El Doral, Invi fueron inundados y vías comerciales como el Camino Real vieron entrar “un brazo de mar” que venía desde el sector de Villas Progreso afectando decenas de comercios.

La transmisión en línea de los diferentes usuarios de las redes sociales, mostraban el daño acaecido en la toda la ciudad, lo cual se pudo seguir casi de manera instantánea, confirmando la penetración de estas herramientas tecnológicas en el mundo actual y que Puerto Plata no escapa de ello. Gracias a la Redes Sociales se mostraban las terribles condiciones que las lluvias habían colocado a la Av. Manolo Tavarez Justo, el tramo Imbert – Llanos de Pérez, la carretera hacia Yásica, todas estaban inaccesible y las personas podían avisar a familiares y amigos que transitaban por estas vías, salvando vidas y evitando mayores inconvenientes. 

De igual manera en las Redes Sociales, se refleja el grado de insensibilidad, apatía y morbo de  ciertas personas. Como en la sociedad, el comportamiento de los individuos en las redes es un reflejo de su formación y educación. Algunos datos indican que cerca del 50% de los usuarios de Facebook de Puerto Plata están en las edades de 18-29 años, en algunos videos se pueden observar a muchos jóvenes burlarse de la desgracia de sus vecinos, disfrutar del “aguacero” mientras cientos de casas se encontraban inundadas, casas siendo destruidas por las aguas mientras quienes filmaban lo disfrutaban. La sociedad dominicana cada vez se vuelve más extraña en sí misma, valores como la hermandad entre vecinos ya es inexistente, el espíritu de colaboración ya casi no se ve entre iguales, respetar los adultos mayores dejó de ser una virtud, utilizar un leguaje moderado ya no tiene significancia. 

Valores que poco a poco las familias dominicanas han ido perdiendo, aquí poco importa la inversión del 4% de educación, si en los hogares, las cabezas de familia no invierten un 1% en formar a sus miembros en principios éticos y en valores morales. Qué bueno sería ver a los jóvenes dominicanos liderando las ayudas para sus sectores, identificando y realizando un levantamiento de los daños reales de su barrio, formando cuadrillas de trabajo para ayudar a limpiar las calles y casas de los sectores afectados en especial de los adultos mayores, cientos de jóvenes siendo parte activa en las soluciones de sus sectores, y compartiendo todas estas acciones en las redes sociales, que diferente sería.

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