La acertada idea de construir una autopista entre Santiago y Puerto Plata fue divulgada hace algunos meses por el ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo Terrero. Dicha noticia suscitó un genuino entusiasmo en los munícipes de ambas ciudades.La construcción de la nueva carretera (que llamaremos, en lo adelante, Autopista del Atlántico) culminará un corredor vial de 200 kilómetros, integrado en su totalidad por carreteras de alta velocidad, con doble calzada y cuatro carriles, lo que hará posible el trayecto en alrededor de dos horas de Santo Domingo a Puerto Plata.
Esta nueva ruta fomentará el movimiento económico en los núcleos hoteleros que se extienden (al oeste) desde la bahía de Luperón y el puerto de cruceros de Maimón, hasta las facilidades del complejo Playa Dorada en Puerto Plata; y (al este) desde el aeropuerto internacional Gregorio Luperón y los alojamientos para turistas de Sosúa y Cabarete, hasta alcanzar las villas y el campo de golf de Playa Grande, y luego las exóticas lagunas y los manglares de Río San Juan.
El primer tramo de la nueva autopista, con 35 km de extensión, se iniciaría en el km 18 de la Circunvalación Norte de Santiago, con su final previsto en el cruce con la Carretera Troncal #5, a unos cinco kilómetros del complejo de Playa Dorada en Puerto Plata. Este tramo es nuevo e incluirá trabajos de terracería, drenaje, pavimentación, puentes y distribuidores de tráfico, señalización, iluminación, dispositivos de seguridad vial y obras auxiliares. El segundo segmento, de unos cinco kilómetros hasta llegar al límite de Playa Dorada, incluye la reconstrucción de la vía actual y la construcción de una nueva calzada, paralela a la existente.
Con respecto al viaje actual a través de Navarrete, en la nueva infraestructura el tiempo de recorrido disminuiría de una hora a tan solo 25 minutos. Para un camión con semirremolque (tipo T3-S2), el viaje se acortaría de 1.2 horas a 40 minutos.
Pronóstico de tráfico
Se consideró un flujo promedio de 10,000 veh/día en el año de apertura de la autopista. Este volumen resulta obviamente cauteloso, al tomar en cuenta el crecimiento secular del tránsito entre Santiago y Puerto Plata; en adición a los movimientos atraídos, generados y desarrollados, como resultado del ahorro en tiempo de viaje y en costo de operación de vehículos que brindará la nueva facilidad vial. Este volumen se prevé que alcance unos 20,000 veh/día en el décimo año de funcionamiento de la autopista y un promedio de 33,000 veh/día en el año vigésimo.
Costo de inversión y prefactibilidad económica
La estimación media preliminar del costo de la obra se sitúa en US$340 millones, con un rango posible entre US$290 millones (-15%) y US$390 millones (+15%). Con estas previsiones, la tasa interna de retorno del proyecto supera el 50%, en tanto el valor actual neto de la inversión (con tasa de descuento de 12%) supera los US$375 millones; esto es, una relación beneficio/costo superior a 2.0.
Prefactibilidad financiera: Financiamiento con Peaje
Con la proyección de tráfico antes indicada, de forma conservadora se prevé que los ingresos por cobro de peaje sean suficientes para cubrir alrededor del 60% de la inversión en la nueva obra. La incorporación del proyecto a la Fiducia RDVial permitiría la obtención de recursos financieros, con la garantía del flujo de efectivo que generaría el cobro de peaje.
En efecto, para un canon de RD$200 aplicable a vehículos livianos (y escalas sucesivas para los demás tipos de automotores) el estimado de ingreso (luego de deducir costos de conservación y mantenimiento de la vía, además de gastos operativos asociados a los servicios del peaje) proyecta unos US$15 millones en el primer año y US$46 millones en el año 15.° (US$ constantes de 2015).
Con un período de amortización de 15 años y dentro del rango de tasas de interés prevalecientes hoy día en el mercado, un flujo de esas características arrojara un valor presente entre US$200 y US$220 millones, esto es, cerca de 60% del costo de construcción de la obra. La suma restante podría sufragarse con aportes del Estado dominicano tanto como de los beneficiarios de la autopista; estos últimos, como una opción, allegarían recursos mediante la adquisición de terrenos en las zonas con vocación turística anteriormente ocupadas por el central azucarero Montellano.
Conclusiones
El impacto de la Autopista del Atlántico ha de ser inmediato y sus resultados tendrían un efecto multiplicador en el ámbito Santiago-Puerto Plata, uno de los ejes territoriales con mayor pujanza del país. En lo particular, Puerto Plata dispone de una apreciable infraestructura urbana y de servicios, de recursos naturales y, al mismo tiempo, de la tradición empresarial y del capital humano requeridos para potenciar al máximo los beneficios de esta nueva vía de comunicación.
Creamos que este es el instante de Puerto Plata. Pensemos, así, que el futuro es ahora y que Puerto Plata es el futuro.
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