Identifican Vulnerabilidad Dominicana Al Cambio Climático


La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático sitúa como particularmente vulnerables a los efectos adversos del cambio climático a los países de baja altitud, a los insulares pequeños, a los que tienen zonas costeras bajas, zonas áridas y semiáridas, o zonas expuestas a inundaciones, sequía y desertificación, y a los países en desarrollo con ecosistemas montañosos frágiles.

En tanto, el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) considera que el fenómeno tendrá más impactos en pueblos con menos capacidad de protegerse contra el aumento del nivel mar, el incremento de enfermedades y la disminución de la producción agrícola.
República Dominicana, por su condición de insularidad, pequeñez territorial, sus sistemas montañosos y ubicación geográfica –en la ruta de los huracanes–, ha sido incluida en los territorios más vulnerables del planeta ante el fenómeno. Ocupa uno de los diez primeros lugares
Pero, ¿en qué consiste la vulnerabilidad al cambio climático? ¿Qué tan vulnerable es el país? ¿Cuáles son las zonas más expuestas a la variabilidad climática extrema?
Una investigación realizada por el Instituto Dominicano de Desarrollo Integral (IDDI), titulada “Puntos críticos para la vulnerabilidad a la variabilidad y al cambio climático en la República Dominicana y su adaptación al mismo”, ofrece algunas respuestas a esas interrogantes, al tiempo que sugiere la implementación de medidas de adaptación al fenómeno. Fue encargada por el Programa para la Protección Ambiental de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID-TNC).
Laura Rathe, Michela Izzo y David Arias estuvieron a cargo del estudio, que se basó en indicadores nacionales disponibles en la Oficina Nacional de Estadísticas, en el Banco Central –la Encuesta de Fuerza de Trabajo-, en el Ministerio de Turismo -las Cuentas Satélites de Turismo-, en la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ñIndice de Empoderamiento Individual–, y otros. Algunos indicadores fueron construidos, como la traza de ciclones y tormentas tropicales que han impactado al país. 
El análisis fue aplicado en los sectores agricultura, recursos hídricos, asentamientos humanos, energía, sistema nacional de áreas protegidas y turismo. La vulnerabilidad, definida como el potencial de las personas y ecosistemas a ser afectados directa o indirectamente por el fenómeno, fue calculada utilizando los componentes considerados por el IPCC para su estimación: exposición (serie de estímulos relacionados con el clima), sensibilidad (el grado en que un sistema resulta afectado, negativa o positivamente, por elementos relacionados con el clima) y capacidad de adaptación (la habilidad de un sistema humano o natural de ajustarse al cambio climático). 
Agricultura y agua 
¿Dónde la producción de alimentos está más expuesta a ser dañada por los efectos de sequía del cambio climático? Fueron identificadas Elías Piña, Independencia, Pedernales y El Seibo, debido a la alta vulnerabilidad de las áreas más secas, a la amplia difusión de cultivos en pendiente elevada y a la baja capacidad de adaptación, tanto en términos de bajo desarrollo humano de las poblaciones como en términos de carencia de sistemas que garanticen una respuesta a la ocurrencia de fenómenos de sequía. 
Frente a las inundaciones, el sector agrícola resultó más vulnerable en las áreas ocupadas por las cuencas bajas de los ríos Yaque del Norte, Yaque del Sur, Yuna y Ozama. En términos provinciales, Montecristi, Valverde, San Juan, Barahona, Bahoruco, Duarte, Azua, Peravia, Monte Plata y María Trinidad Sánchez se evidenciaron como las más críticas. 
especto a la disponibilidad de recursos hídricos, Monte Cristi, Valverde, Bahoruco, La Altagracia Barahona, Peravia, San Pedro de Macorís, La Romana, El Seibo y el Distrito Nacional presentaron una vulnerabilidad que osciló de alta a muy alta. El informe indica que en esas provincias existe una gran población que no cuenta con acceso a suministro de agua potable dentro de la vivienda.
Asentamientos humanos 
Trece provincias presentaron asentamientos humanos críticamente vulnerables al cambio climático y a la variabilidad del clima, con niveles de vulnerabilidad de alta a muy alta. Santiago, Valverde, Bahoruco, Azua, Barahona y Peravia evidenciaron una situación crítica, seguidas por Puerto Plata, La Vega, Espaillat, La Altagracia, Monte Plata, Santo Domingo, Duarte y María Trinidad Sánchez.
En tanto, más de diez provincias presentaron niveles de vulnerabilidad de alto a muy alto en el sector energía, resultando más afectadas Santo Domingo, el Distrito Nacional, Santiago, San Cristóbal, Monte Plata, San Pedro de Macorís y Monseñor Nouel, donde reside el 56% de la población nacional. 
Los factores críticos en la definición de la vulnerabilidad fueron número reducido de horas con electricidad, altos consumos energéticos y porcentaje reducido de abastecimiento de fuentes de energía renovable. 
Áreas protegidas y turismo
Las áreas protegidas con los más altos niveles de vulnerabilidad se encuentran principalmente en las zonas costeras, influyendo la presión que generan las actividades turísticas. Las más expuestas son Montecristi y Valverde en el noroeste, Hermanas Mirabal en el norte, Pedernales y Barahona en el suroeste, La Altagracia en el este. 
Factores determinantes en la caracterización de la vulnerabilidad fueron el porcentaje de áreas protegidas con actividades humanas y el reducido porcentaje de superficie protegida con gestión compartida.
Respecto al sector turismo, las provincias más vulnerables son las costeras con mas capacidad habitacional: La Altagracia, San Pedro de Macorís, Distrito Nacional y Puerto Plata, seguidas por Sánchez Ramírez, Samaná, Barahona, Santo Domingo y San Cristóbal. 
El principal factor crítico en la determinación de la vulnerabilidad resultó ser el modelo turístico predominante en el país. “Las fuertes presiones del actual sistema de aprovechamiento turístico se insertan en un contexto ambiental que ya al presente evidencia elementos de deterioro de los recursos naturales. Otro elemento de criticidad, según el informe, es la carencia de planes de manejo territorial coherente con las características del contexto ambiental”,. 
El suroeste ha presentado la más alta vulnerabilidad al cambio climático. Cuatro de sus provincias han sido catalogadas con niveles muy altos: Pedernales, Bahoruco, Barahona y Elías Piña, seguidas por El Seibo, Santo Domingo, La Altagracia, San Pedro de Macorís, Monte Plata, Peravia, Monte Cristi y Valverde. 
Las demás provincias han presentado grados intermedios de vulnerabilidad, siendo las menos vulnerables Samaná, Duarte, La Vega y San José de Ocoa.
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CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En el estudio “Puntos críticos para la vulnerabilidad a la variabilidad y al cambio climático en la República Dominicana y su adaptación al mismo”, se propone: 
• Crear capacidades para elevar el nivel de conciencia de la población sobre los riesgos a que resulta expuesta y fortalecer su capacidad de implementar medidas de reducción de vulnerabilidad y respuesta frente a emergencia.
• Zonificar el territorio en función de los riesgos ligados a los principales eventos de peligrosidad climática.
• Desarrollar e implementar planes de ordenamiento territorial a diferente escala.
• Implementar un Sistema de Alerta Temprana, mejorando las capacidades de previsión de eventos climáticos.
• Mejorar la infraestructura viaria y el sistema de alcantarillado.
• Implementar planes de gestión integrada de los residuos sólidos urbanos a diferentes escalas.
• Aplicar medidas de manejo integral de las cuencas hidrográficas.
• Fomentar la creación de una base de datos territoriales de libre acceso, bajo la supervisión de un organismo del estado.
• Integración de la visión de las políticas de cambio climático y gestión de riesgos que responda a características transversales y multiinstitucionales, según una política de estado, mejorando la coordinación interinstitucional. 
Por: Solange de la Cruz Matos 

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