
Una vez enfrentamos "el año que vivimos en peligro", hoy andamos en "el peligro de vivir los años", dos libros y una misma historia, dos textos y la misma desolación, la misma antifé rodando por las cañerías de la historia, como en "Dos mujeres y un camino", pero con ellas alguna vez fuimos felices. ¡Hagan memoria, camaradas, y sonrían!
No es un Santicló balagueriano lo que necesitamos los dominicanos, (Antonio, Salvador, Joaquín, Leonel, Hipólito) sino un Presidente Mártir que se arriesgue a incitar/fomentar a través de la educación, el surgimiento de una ciudadanía democrática y responsable.
Claro, que tal comportamiento podría generar un golpe de Estado. Pero el presidente que lo padezca, vivirá en la eternidad de los inmortales… y amanecerá algún día, y entre lagrimas de gozo, este pueblo olvidadizo y descuidado honrará a sus grandes héroes de la dignidad y el decoro "aunque entre el mar", el mismo mar que un septiembre 25 entró, y sin embargo, hoy nadie recuerda a los insignificantes militares y civiles traidores a la Constitución y la Patria, pero aquel que pretenda mancillar el nombre del Presidente Bosch tendrá que ensalmarse la lengua con agua bendita. No siempre eso de permanecer y transcurrir quiere sugerir: "honrar la vida".
Comentarios