Continuación del post anterior.
“Tengo un amigo”, que donde trabaja entregaron la bonificación el mes pasado, el no quedó conforme con el monto que le entregaron, entonces se dirigió a la Secretaría de Trabajo. Allá, el expresa su queja y deciden enviar un inspector a la empresa. Este inspector pediría al departamento de contabilidad una declaración jurada de los beneficios de la empresa para compararlos con los que ellos reportaron en impuestos internos.
Pues resulta, que la empresa va a tener que repartir de nuevo la bonificación, por que hicieron el cálculo de manera incorrecta, a todos los empleados. Donde algunos tocaran más y otros tocaran menos.
Siempre existe el temor de ir a la Secretaría de Trabajo porque puede haber represalias contra los que se quejan, o que el inspector se deje sobornar del empresario pero tampoco puedes permitir que se te violen tus derechos.
“Tengo un amigo”, que donde trabaja entregaron la bonificación el mes pasado, el no quedó conforme con el monto que le entregaron, entonces se dirigió a la Secretaría de Trabajo. Allá, el expresa su queja y deciden enviar un inspector a la empresa. Este inspector pediría al departamento de contabilidad una declaración jurada de los beneficios de la empresa para compararlos con los que ellos reportaron en impuestos internos.
Pues resulta, que la empresa va a tener que repartir de nuevo la bonificación, por que hicieron el cálculo de manera incorrecta, a todos los empleados. Donde algunos tocaran más y otros tocaran menos.
Siempre existe el temor de ir a la Secretaría de Trabajo porque puede haber represalias contra los que se quejan, o que el inspector se deje sobornar del empresario pero tampoco puedes permitir que se te violen tus derechos.
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