Puerto Plata debe apostar al futuro con un sistema de transporte público masivo y eficiente, con autobuses o minibuses en buen estado. Esto puede ser desarrollado de manera escalonada, con una primera línea que recorra la Ruta C actual que va desde y hacia Cofresí-Muñoz, con paradas específicas como Zona Franca-UASD, Costambar-Javillar, San Marcos, Teleférico, UTESA- Entrada al Muelle, Javilla, Villa Progreso, Padres Las Casas, entre otras. Una segunda línea que parte desde Muñoz hacia las Av. Luis Ginebra, 12 de Julio, Av. Caamaño, Javilla, Manolo T. Justo, Entrada al Muelle, Antigua Vía Férrea y regrese por la Calle Beller, Av. Luis Ginebra y termine nuevamente en Muñoz. Las paradas deben estar señalizadas, y la frecuencia de los autobuses no debe exceder los 10 minutos de espera. Para esto, se debe establecer un centro de control de tráfico para monitorear y coordinar el flujo de los vehículos, asegurando una operación eficiente, así como incorporar la tecnología de información, como aplicaciones móviles y sistemas de pago electrónico. Esto debe ser gestionado desde la alcaldía, con el apoyo del gobierno central, las entidades reguladoras del tránsito terrestre y, de ser necesario, la participación del sector privado.
Los motoconchos no van a desaparecer, pero su uso debe ser limitado. No es justo que la primera inversión de un joven cuando inicia su primer empleo sea comprarse una pasola o un motor, porque su gasto en pasaje es muy alto. Esa motocicleta se suma al parque vehicular de la ciudad, aumentando más el caos del tránsito. No es justo que las familias carguen con el excesivo pago de transporte mensual para enviar a sus hijos a la escuela, al instituto de inglés o al INFOTEP, donde muchas veces los padres no pueden enviar a sus hijos a estos centros de estudios que, a pesar de ser hasta gratuitos, no pueden ser aprovechados por no disponer de un transporte accesible y seguro. La ciudad se debe pensar para quienes viven en ella, no solo para quienes la visitan por algunas horas o días. A pesar de ese gran flujo de visitantes, no todo debe ser abordado desde la perspectiva de ciudad crucerista. Una de las premisas del Turismo Sostenible es poder satisfacer las necesidades actuales y futuras de las comunidades anfitrionas, que, al final de cuentas, son las dueñas de los patrimonios culturales y naturales que están siendo aprovechados por la industria turística, donde los beneficios económicos que se generan han de ser invertidos en obras de desarrollo social. El transporte público es una de ellas.
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