La Formación Técnico Profesional, una ventana de oportunidades en RD

Miguel es un joven inquieto, se encuentra concluyendo sus estudios secundarios en un liceo cerca de su barrio, le va bien en matemáticas, le gustan los videojuegos y domina los elementos básicos en el uso de las computadoras.  Algunos de sus maestros le han sugerido que estudie ingeniería en sistemas o informática, pero a sus padres no le agrada mucho esa idea. Primero,  necesitan que Miguel consiga trabajo recién concluya la escuela para que aporte a los gastos de la casa, y además conocen a otros jóvenes del barrio que han estudiado sistemas y no les ha ido bien laboralmente, luego de tantos años de estudios universitarios.  Lo que desconoce la familia de Miguel, así como muchos actores del sector educativo preuniversitario es que los jóvenes como Miguel tienen ante sí diferentes opciones, y no solo embarcarse a una carrera universitaria de larga duración, de alto costo y con poca garantía de empleabilidad. Nos referimos a la Formación Técnico Profesional, en sus diferentes modalidades.

Lo primero es que amigo lector usted debe conocer la diferencia entre un curso técnico y una carrera técnica.  Un curso técnico, por lo regular es de corta duración (2 o 3 meses) y habilita al participante en los fundamentos que se requieren para desempeñarse en un puesto de trabajo específico, dígase un curso de contabilidad básica, electricidad residencial, o manejo de programas de oficina, una vez finalizado el curso le permite al participante casi de manera inmediata acceder al mercado laboral. Mientras, una carrera técnica dura entre 18 a 24 meses, el participante es egresado con un Título que lo acredita como Técnico en su área de desempeño, y para continuar con el mismo ejemplo sería un Técnico en Contabilidad, Técnico en Mantenimiento Eléctrico o Técnico en Informática, y esto lo acredita como poseedor de amplios conocimientos teóricos y prácticos de su área de oficio.


Miguel muy bien puede iniciar una carrera técnica, que le permita mientras estudia, acceder al mercado laboral o desarrollar su propia idea de negocios y de acuerdo a sus aspiraciones, espíritu emprendedor, su realidad social, económica y las mismas exigencias del mercado laboral al que se vinculó, podrá optar por continuar sus estudios universitarios. Lamentablemente existe una gran cantidad de profesionales universitarios desempeñando puestos por debajo o divorciados de sus perfiles académicos. Licenciados/as desempeñándose como cajeros/as de diversos comercios, egresados de mercadeo llenando góndolas de supermercados, licenciados en turismo siendo recepcionistas o camareros, entre otros casos que de seguro usted conoce. Estamos de acuerdo que concluir una carrera universitaria sin lugar a dudas permite a sus egresados acceder a mejores oportunidades de empleo, pero la realidad de la economía dominicana es que está sustentada por la dinámica empresarial de las micros, pequeñas y medianas empresas (Mipymes), las cuales representan el 98% del universo empresarial, generando 2.2 millones de empleos y se estima que un 60% de los empleos disponibles en el mercado laboral son generados por Mipymes. Cifras del 2020 indicaban que más del 70% de los trabajadores dominicanos ganaban menos de 30 mil pesos mensuales. Es importante que estas cifras, las familias como las de Miguel la conozcan, ya que existe una amplia posibilidad de que sus hijos terminen trabajando en una pequeña empresa, ocupando un puesto de trabajo que requiere apenas una formación técnica, evitándose así deserciones y decepciones académicas y personales.

 

El INFOTEP que es el organismo que rige el sistema de formación técnico profesional en el país, dispone en la ciudad de Puerto Plata de una amplia oferta formativa tanto de cursos como carreras técnicas, en áreas como mecánica automotriz, electricidad, informática, refrigeración y aire acondicionados, secretariado ejecutivo, contabilidad, cajero bancario y comercial, ventas, repostería, arte culinario, bar y restaurantes, estilista de belleza, masajista, estética, entre otras ocupaciones disponibles.

Hay que reconocer que en el país una gran parte de la población todavía no ve con buenos ojos las profesiones técnicas, ni a quienes se desempeñan como tal.  Es una debilidad que tenemos como sociedad. Pero la realidad es que la Formación Técnico Profesional (FTP) es una ventana de oportunidades para los jóvenes y adultos en busca de mejores condiciones de vidas para ellos y sus  familias, ya sea mediante el emprendimiento o su vinculación a un empleo digno, además la FTP es un componente estratégico para el desarrollo social y económico del país. Se hace mención de ella tanto en la Estrategia Nacional de Desarrollo 2030, así como en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS 2030).

En nuestros barrios existen muchos jóvenes como Miguel, con deseos de salir hacia delante con sus familias, solo en busca de oportunidades. Es la educación el único medio confiable, como herramienta de movilidad social, que les permitirá a nuestros jóvenes acceder a estas oportunidades. Desde nuestros círculos de influencia debemos promover y valorar en su justa dimensión la Formación Técnico Profesional, para aquellos que por su condición social, económica, interés particular, no llegan a cursar una carrera universitaria, que también existe otro nivel en nuestro sistema educativo, el de técnico profesional, que por igual les ayudará a progresar y transformar de manera integral sus niveles de vida.   

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