Eduardo Brito en Película Checa 1937: Vídeo


Imágenes de la película donde aparece Eduardo Brito, Cantante Nacional dominicano, nacido en Puerto Plata, una de las voces más privilegiada a través de los tiempos y que se diera el lujo de presentarse en La Escala de Milán, Italia.



Son imágenes de la película checa "Harmónica" del año 1937, en ella aparece cantando en dos oportunidades junto con su esposa Rosa Elana Brito Bobadilla y la hermana de ella, Pura.

Gracias a la incansable y ardua búsqueda del coleccionista y musicólogo Ismael Hernández Guerrero por el material, cuyo valor es incalculable para los dominicanos y amantes de los grandes artistas.

BIOGRAFIA DE EDUARDO BRITO:

Puerto Plata, la novia del Atlántico y de Isabel de Torres, es tierra pródiga, no sólo en bellezas naturales, sino también por ser cantera inagotable de valores humanos que con sus acciones han puesto en altos el nombre de la Patria.

Basta sólo con citar unos cuantos de sus hijos más ilustres: Gregorio Luperón, la espada fulgurante de la Restauración de la República; Gregorio Urbano Gilbert, el hombre que cual moderno Quijote supo enfrentar la humillante presencia de quienes en pleno inicio del pasado siglo XX mancillaban el suelo patrio y en el plano literario y artístico Don Emilio Prud Homme; Jaime Colson, Francisco, Juan Isidro y Virginia Ortea, Dandá y Juan Lockward entre otros, y lógicamente a quien sin dudas ha sido el más grande cantante dominicano de todos los tiempos, el quisqueyano que con más brillo y de manera más amplia dio a conocer nuestro país por los confines del mundo, a quien todavía se tiene en España, escenario de sus más grandes triunfos como el barítono por antonomasia y como la figura mas luminosa del teatro lírico español, al lado del inmortal tenor cubano Hipólito Lázaro, me refiero a nuestro Eduardo Brito.

Numerosos autores han escrito sobre este singular intérprete, que es mitad leyenda y mitad historia; sobre él se han tejido muchas fabulaciones; se han repetido muchas inexactitudes y aún quedan por indagar sobre el total de sus grabaciones y sus grandes éxitos en el teatro lírico. Al decir de su hermana Nena Brito, quien a la fecha de este artículo es probable que resida aún en la isla de Aruba, Eleuterio Aragonés, nombre real del que posteriormente se conocería como Eduardo Brito, fue el mayor de cinco hermanos procreados en unión natural por Julián Álvarez y Liboria Brito y su nacimiento se produjo en Cerro de Nava, sección Blanco (hoy Luperón) provincia de Puerto Plata el 20 de Febrero del año 1906, día consignado en el santoral católico para honrar a San Eleuterio, recibiendo las aguas bautismales en la capilla del poblado de Imbert, oficiando el sacramento el Padre Luís Pérez en presencia de sus padrinos Bárbaro Jiménez e Irene Vásquez.

Con la separación de sus progenitores va a residir con apenas diez años de edad al paraje Cañada Honda, de donde cumplidos los diez y seis se fuga para establecerse en la ciudad de Santiago de los Caballeros, en un refugio conocido como “La casa de las palmas” o “Casa de mamá Belica” en la calle San Severo. Allí ejercía el oficio de limpiabotas y cultiva amistad con los jóvenes Chita Jiménez, Chispa, Totoño y Bienvenido Troncoso, quienes les acompañan con guitarras en el hogar de Don Andrés Cordero, que gentilmente les invitó, gratamente sorprendido de las cualidades excepcionales de ese campesino que el pueblo Santiagués apodaba cariñosamente como “Puerto Plata”.

Consolidado el grupo, reciben ofertas para actuar en un pequeño establecimiento comercial de nombre “Café Yaque”, donde Eleuterio Brito es aplaudido delirantemente mientras recibían algunas pagas por sus presentaciones.

De la noche a la mañana se convierte el humilde lustrador de zapatos en el favorito de las serenatas, hasta que lo escucha el Señor Lilìn Jackson, que entusiasmado lo invita para la ciudad capital donde logra que fuera presentado en el Coney Islam, para ese tiempo propiedad de Don Julio Padrón. Su fama se extiende y en el año 1922 recibe invitación para cantar en un acto que contaría con la presencia del célebre diplomático norteamericano Summer Well, autor del libro “La Viña de Nabot”, quien se encontraba de visita oficial en el país.

Es posteriormente contratado por el empresario Ernesto Benítez, propietario del Hotel Fausto el lugar de más renombre en la época donde cantaría los jueves y Domingos. De allí pasaría al Trocadero en la Avenida Mella y al Café Ariete de la calle El Conde, ambos establecimientos propiedad del Señor Miguel Alma.

En el año 1924, regresa por breve tiempo a la ciudad del Yaque Dormilón, como describiera Juan Lockward a Santiago de los Caballeros, encontrándose con la presencia de los artistas cubanos Floro Zorrilla, Manuel Corona y Antonio Zaldivar, quienes efectuaban una gira para promocionar el Jabón Candado, el cual patrocinaba un concurso artístico. Eleuterio participa y obtiene el Primer lugar interpretando la canción “Amar eso es todo”, pasado el evento es mandado ha buscar por el compositor Salvador Sturla, quien se interesa por conocer al novel intérprete.

A principio del año 1925, Brito conoce a una persona que jugaría un rol de primer orden en su educación musical, conjuntamente con Inocencio Pereyra, Carlos Nicanor Valerio (Piro) y Bienvenido Troncoso, me refiero a Don Julio Alberto Hernández, quien se ocupa de enseñarles no sólo los secretos del canto, sino también algunas canciones del Arte Lírico, consciente del potenciar de su voz.

Para esa época el ya famoso músico y compositor, lideraba un grupo llamado “Cuadro Artístico”, en el cual participaban Miguel A. Jiménez, Francisco Rosell, Catalina Jáquez, Elena Eloy y Manuel Ortiz, que con la inclusión de Eleuterio Brito dio inicio a una serie de presentaciones en el teatro Colón de Santiago y Puerto Plata, en esta última acompañado al piano por el reputado música Juan Francisco García (Pancho).

Fuente: http://www.eldominicano.com/index.php?option=com_k2&view=item&id=29:eduardo-brito-la-tr%C3%A1gica-vida-de-una-estrella

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