Puerto Plata: Rica y pobre y con una historia de heroísmo

La Isabela fue el primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo ordenado  por el  mismo almirante de la mar oceánica Cristóbal Colón en 1493, y como aquí es misterio, hay sostenga  que fuera Bartolomé Colón el suplente de gobernador de la recién descubierta Hispaniola.
Lamentablemente las viviendas y pocas edificaciones que se levantaron fueron abandonadas con la emigración a Puerto Plata,  desvaneciéndose en el tiempo y  quedando hoy unas pocas ruinas de piedras que atestiguan su existencia,  donde despliegan algunas labores, arqueólogos e historiadores con escasa  asistencia oficial.
Nacimiento de Puerto Plata
En 1502 nació el núcleo poblacional de Puerto Plata por orden del fraile Nicolás de Ovando, funcionario laborioso y cruel,  dentro de su  ingente programa de urbanizaciones en casi toda la isla entre los años  1502 y 1509.
El nombre Puerto Plata delata sus virtudes y condiciones de puerto natural, como lo explican dos mitos, uno  narra que Colón fue impresionado por el plateado de la cima de la montaña –hoy Isabel de Torres- al tocar las nubes sus estribaciones; el otro relata  que fue la belleza del plateado de las hojas de  grayumos  de las alturas del monte. Cualquiera de los dos cuenta la leyenda que llevó a Colón a llamarle Puerto Plata.
La dinámica experimentada por el asentamiento se debió  a la fertilidad de sus tierras generoso clima y a su estratégica ubicación  para el cabotaje en las costas de la isla y la navegación hacia Europa que ya para finales del siglo XVI le merecieron su elevación de categoría administrativa a villa Puerto Plata.

Devastación de Felipe III y Antorio Osorio
El espíritu monopólico del reino de España, impidió a todo trance el comercio entre poblaciones del norte de La Hispaniola y naves europeas de banderas distintas a la española.
Esta política errada llevó al rey Felipe III a  ordenar al capitán general de la colonia y presidente de la real audiencia Antonio Osorio, la devastación de poblaciones realojándolas en las cercanías de Santo Domingo, formándose así en 1605 las poblaciones de Bayaguana y Monte Plata.
El historiador y músico Jacinto Gimbernard comentó que PP, “próspera villa donde habían construido mansiones de importancia gran parte de los hidalgos que antes vivían en  La Isabela y Santiago, fue en efecto arrasada, junto con Montecristi, Bayajá y Yaguana”.
Refundación en 1736
Pasaron 136 penosos años antes de tomarse la decisión de refundar la Villa de Puerto Plata en 1736, a pesar de sus condiciones geográficas inusitadas. Esta medida se debió  básicamente al reclamo de protección de Santiago y La Vega, que temiendo al avance de asentamientos bucaneros, piratas y filibusteros de occidente, exigían a las autoridades formar núcleos familiares fuertes que vigilaran el puerto y avistaran las inmigraciones. Es así como renace la hermosa Villa de Puerto Plata.
Tierra de Primicias
Como predestinada Puerto Plata es tierra de muchas primicias. Aquí empezó la colonización, las cruentas encomiendas de indios y la esclavitud, el primer ayuntamiento con noción de gobierno local al estilo europeo, la primera planeación urbana, la primera misa católica, el primer tribunal de justicia y la primera revuelta armada.
Incipiente Industrialización
El nacimiento y consolidación de la república aceleró el crecimiento de Puerto Plata tornándola en el primer puerto del Cibao especializado en la exportación de tabaco, madera y otros bienes.
La construcción del ferrocarril de Santiago a Puerto Plata la llevó al punto de mayor significación económica en La Hispaniola.

La industria azucarera desde su aparición en 1520 se expandió rápidamente con éxito con la creación de centros azucareros. Tras su refundación la industria azucarera volvió a florecer, con varios ingenios e incontables trapiches.
A los finales de los 1800 Puerto Plata era la provincia mas industrializada de la República.
En época pre turística la industrialización de esta provincia continuó figurando entre las mas diversas y significativas del país, con fábricas de fósforo, jabonería, chocolates, molinos de harina, mantequilla y quesos, metalmecánica, talleres de reparación, construcción, granceras y areneras, aceites esenciales, panaderías, ingenios azucareros, industria de distribución, hielo, helados, velas, ron, licores, y calzados.
Grandes figuras nacionales
En las luchas libertarias Puerto Plata ofrendó al país la máxima espada restauradora en Gregorio Luperón, quien alcanzó la presidencia del país haciéndola interinamente capital de la República  entre los años 1886 y 1887.
PP ha sido pródiga en ofertas de prohombres a la nación, no solo de Gregorio Luperón, sino Ulises Heureaux, ex presidente, Morales Languasco, expresidente, Emilio Proud-home, autor de las letras del Himno Nacional, Gregorio Ulbano Gilbert, luchador internacional, Francisco J. Peynado, líder nacional, Segundo González Tamayo, exvicepresidente de Bosch y Antonio Imbert Barreras, héroe nacional. Entre otros.
Entre sus músicos y artistas figuran: Eduardo Brito, Juan Lockward, Rafael Solano, Wilfrido Vargas, Vicente Grisolía Poloney y Vinicio Franco, entre otros.
Turismo
Las ventajas comparativas de esta provincia son, su ubicación geográfica, la diversidad de sus recursos naturales, entre éstos, un alto número de bellas playas aptas para  deportes audaces, sus tesoros culturales,  suelos y el origen cosmopolita de su población.

Estos elementos le facilitaron surgir como el polo turístico nacional a mediado de los años 70, con los años supo conformar un rica oferta basada en el desarrollo de una cultura y tecnologías que aseguran la satisfacción de las preferencias de sus visitantes. El éxito de Puerto Plata fue vertiginoso. Tanto lo fue que la difusión de su destino turístico dio a conocer la República en gran parte del mundo.
Lamentablemente, la ausencia de infraestructuras de servicios de calidad, la arrabalización del entorno, el incumplimiento de los planes maestros operativos, la falta de programas educativos que elevaran la aceptación del visitante, la no incorporación de los proyectos a las comunidades, la falta de incentivos efectivos y el desvío del flujo a otros polos, sin consolidar el primero, redujo su flujo de un MILLON  al año a tan solo 336 en el presente.
Puerto Plata precisa de apoyo, de programas especiales encabezados por el ministerio en estrecho vínculo con el liderazgo de su empresariado y entidades civiles y comunitarias las cuales han alcanzado un admirable grado de dominio de la industria. Es asombro el grado de madurez y dominio del arte y técnicas turísticas de sus clusters y asociaciones locales.
Si se les brindan aquellas facilidades Puerto Plata se dirigirá directamente al éxito ya que tiene el triunfo asegurado con naturaleza audaz y extrema de sus deportes marinos, ecológicos y la atracción de sus ámbitos históricos.  Estos elementos crean incluso un mercado con gran fidelidad al polo.
Todo indica que  PP ha debido pagar  el precio del noviciado por ser el primer polo dominicano con  fama internacional, del que aprendieron los demás a evitar costosos errores.
Ahora gobierno y sociedad deben apoyar el relanzamiento de PP en su maravilloso potencial de ciudad crucerista, con fácil acceso al financiamiento para su reestructuración hotelera, una tarifa eléctrica a precio razonable, sin plantas montadas en barcaza ni contaminación.
Puerto Plata debe contar con una ESTRATEGIA turística  propia ajustada a sus atributos y capacidades competitivas particulares.
Gracias Puerto Plata por tu historia de primicias que es orgullo nacional.
Fuente: http://www.acento.com.do/index.php/news/172267/56/Puerto-Plata-Rica-y-pobre-y-con-una-historia-de-heroismo.html?fb_action_ids=848588061824736&fb_action_types=og.recommends

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