Liderazgo, Poder y Política

Se debe ser racional con las tonalidades, como gerentes de hoy no podemos darnos el lujo de ser blancos o negros sino más bien grises y porque no, multicolor. Tratar de encasillarnos o desarrollar habilidades en un solo tipo específico de liderazgo sería un error capital  para nuestros proyectos de vida a nivel personal y profesional. 

 Analizando los diferentes estilos de liderazgos y la realidad de nuestras organizaciones, se puede determinar que en ocasiones hay que ejercer un liderazgo autocrático y en otras democrático pero igualmente hay que inspirar confianza y empujar los cambios que nuestras instituciones requieren, salir de nuestra zona de confort, al tiempo que motivamos y guiamos a nuestros colaboradores en el logro de los objetivos organizacionales; en síntesis asumir un liderazgo diría yo, mixto, tomando lo mejor de cada estilo y aplicarlo de acuerdo a la circunstancia y a la ocasión.

Hay quienes plantean la teoría de que existen personas que nacieron para mandar y otras para obedecer o ser mandadas, esta conjetura subyace en la dinámica del ejercicio del poder, que para lograrlo las personas hacen uso de un sin número de tácticas. Esto lo  podemos apreciar en todos los ámbitos de nuestra sociedad y por igual dentro de las organizaciones.

Poder, influencia y política todos estos elementos van dentro de un mismo paquete  y no siempre se utilizan de la manera más adecuada. Ver encargados departamentales ser condescendientes con colaboradores de otros departamentos porque de ellos depende parte de su operación; una secretaria de un departamento inferior en el orden jerárquico de la organización con más influencia para contratar o desvincular personal que el mismo encargado de recursos humanos, son algunos ejemplos de lo que significa el poder,  la política y los niveles de influencia que ejercen ciertos elementos, independiente de su poder legitimo dentro de una organización.

Saber navegar en el mar turbulento que representa el poder y la política dentro de una estructura organizacional, logrando colocar la embarcación que nos toque dirigir a favor de la corriente, es sin lugar a dudas un factor determinante para conseguir un arribo a puerto seguro y contratiempos bajo control, garantizando así el cumplimiento de nuestras metas y objetivos.

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