El ser humano es un ente racional pero sobretodo emocional,
respira y transmite emociones, ahí radica la importancia de poder
controlar las emociones propias y ajenas para un buen
desenvolvimiento de las personas en los diferentes ambientes sociales
que interactúen.
El líder de hoy además de adquirir las aptitudes y habilidades
propias de la función que ocupa dentro de la organización debe
poseer competencia emocional, basada en la capacidad de sentir,
entender, controlar y modificar su estado de ánimo y de quienes lo
rodean. El líder actual debe poder integrar tres grandes dimensiones,
saber, saber hacer, saber ser. Lo que definirá su existencia en lo que
sabe, lo que sabe hacer y lo que es como ser humano.
Ser inteligente emocionalmente permite resolver situaciones
intrapersonales e interpersonales en el área laboral, te permite ser
cauto al momento de la toma de decisiones, igualmente los estados de
ánimos son contagiantes, un ambiente laboral tenso y gris todo el que
llegue lo percibe y lo asume, igual si fuera un lugar lleno de energía y
motivación.
Como profesionales preocupados por nuestro continuo desarrollo
debemos fortalecer nuestras inteligencias, incluyendo la emocional,
para ello debemos reconocer en cuales habilidades sociales somos
más débiles y tomar medidas para mejorar. Poder contar con la
habilidad de cooperar, trabajando en equipo, comunicándonos de
manera asertiva, mostrando empatía con los demás, entre otras
aptitudes sociales, sin lugar a dudas harán de nosotros un profesional
más calificado y valorado en el tan impulsivo mercado laboral que nos
toca enfrentar.
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