
Estas
damas, llenas de entrega y determinación, forman parte de la Red de
Mujeres Rurales (Remura). Son 22 mujeres del municipio de Altamira que
se dedican a la elaboración de productos orgánicos. Mejor conocidas como
“Las mujeres de Chocal”, estas socias comprenden edades entre los 30 y
85 años de acumulada juventud y comparten sus trabajos y experiencias
con equidad y amor.
De manera orgullosa, decidieron dejar sus
oficios pasados para integrarse a este proyecto innovador que lleva
cinco años de ejecución. Estilistas, profesoras y amas de casa sueltan
los utensilios para organizar y crecer en la microempresa que ha
transformado la comunidad. Luz Melecia Parra, coordinadora; Noemí
Crisóstomo, sub-Encargada; Milagros Parra tesorera; Yudelka Francisco,
encargada de Producción y Maquinaria; Celenia Medina, encargada del área
dulce; Julia Minaya, ventas; y Altagracia Padilla, son quienes se
atrevieron a ser emprendedoras y trabajar el cacao para recuperar la
dignidad laboral y emocional de sí mismas.
“El Chocal” surge tras
la necesidad de crear una fuente de empleo para los compueblanos del
municipio puertoplateño. En vista de que los terrenos engendraban cacao,
lechosa, jagua, mandarina, chinola y cereza de extrema calidad,
miembros de la Fundación de Desarrollo Loma y Salud (Fundelosa) crearon
los espacios de interacción entre los 51 productores orgánicos de la
localidad y las mujeres que tanto ansiaban expandir sus horizontes.
Estas
mujeres, que con sus manos surten a Puerto Plata y otras provincias de
la región, elaboran más de 25 productos derivados del cacao y otros
frutos cosechados con especial cuidado, de donde extraen vinos, licores,
galletas, cocoa y chocolate para degustar en barritas, con forma de
ositos, miniconitos y también bomboncitos.
Labor diaria
Desde las 8: 00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, las mujeres de Chocal se saludan con un: “Ay ñeñe, vieja” y relatan cuentos al momento de trabajar. Tomando tragos de vino, de lunes a viernes se embriagan de perseverancia y se resacan de orgullo al pensar en que pueden aportar de manera activa al desarrollo de su familia y su comunidad.
Desde las 8: 00 de la mañana hasta las 5:00 de la tarde, las mujeres de Chocal se saludan con un: “Ay ñeñe, vieja” y relatan cuentos al momento de trabajar. Tomando tragos de vino, de lunes a viernes se embriagan de perseverancia y se resacan de orgullo al pensar en que pueden aportar de manera activa al desarrollo de su familia y su comunidad.
“El
cacao llega fermentado y seco. Medimos el grado de humedad, limpiamos
las semillas de cacao, las colocamos en el tostador, luego a la
trituradora, las pasamos a la denteadora para extraer las partículas de
las cascarillas y luego pasamos al molino para hacer la pasta para los
chocolates. Es evidente que la mujer se gobierna”, expresa Noemí
Crisóstomo, sub-encargada del proyecto junto a sus seis compañeras. Con
madera de líder, Noemí sonríe al compartir que también estudia
contabilidad en el recinto puertoplateño de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo. Mujeres líderes, elocuentes y serviciales, han sido capacitadas en distintas áreas gracias al Instituto Nacional de
Formación Técnico Profesional (Infotep), con el que han conocido la
oratoria, mercadeo y ventas, cómo hacer inventarios, contabilidad y
etiqueta y protocolo. También han recibido el apoyo de la Agencia de los
Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID siglas en
inglés), la Misión de Taiwán y el Programa de las Micro Pequeñas y
Medianas Empresas (Promipymes) quienes han aportado a la creación y
continuidad sostenible del proyecto. En Facebook las encuentras como
Chocal Chocolates de Altamira.
En estos tres años de gestión, las
mujeres de Chocal no solo envían muestras de sus productos a países
europeos, también reciben visitas de nacionales y extranjeros
periódicamente, y esperan la organización de una ruta turística que
promete ser estructurada por el Ministerio de Turismo; lo cual soplaría
desarrollo para comunidades aledañas, de Altamira y un fiel regreso de
quienes les visitan.
Necesidades
De hablar impecable es Noemí Crisóstomo, la segunda al mando de Chocal. La fábrica tiene registro sanitario, RNC, código de barra y contabilidad clara. Necesitan apoyo en la confección de las etiquetas que salen carísimas. Están confiadas en el discurso de Danilo Medina al asumir la banda presidencial. ‘‘Dijo que ayudaría a las Pymes y sería lindo ver los chocolates de Chocal en los regalos de Navidad”, sueña Noemí.
De hablar impecable es Noemí Crisóstomo, la segunda al mando de Chocal. La fábrica tiene registro sanitario, RNC, código de barra y contabilidad clara. Necesitan apoyo en la confección de las etiquetas que salen carísimas. Están confiadas en el discurso de Danilo Medina al asumir la banda presidencial. ‘‘Dijo que ayudaría a las Pymes y sería lindo ver los chocolates de Chocal en los regalos de Navidad”, sueña Noemí.
Días
antes de ser juramentado como ministro de agricultura, Luis Ramón
Rodríguez les visitó. Esperan que el servidor público no se olvide de
ellas y las comunidades rurales que representan. La red de ventas de sus
productos incluye colmaderos, supermercados de la zona y vendedores
individuales. Mucha gente llega preguntando por el vino, las tabletas,
el golfio... Se atrevieron a ser emprendedoras y trabajar el cacao para
recuperar la dignidad laboral y emocional de si mismas.
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