“El trabajo dignifica al hombre”, frase simple pero de mucho valor en los días actuales donde el camino rápido hacia la prosperidad económica es de fácil acceso pero de grandes y graves peligros que parecen no perturbar a los que hacen elección por el.
Por eso aunque personalmente me da cierta preocupación e impotencia cuando veo a esta doñita por las calles del centro de la ciudad de Puerto Plata montada en su animal vendiendo una que otra vianda también siento admiración y respeto por su animo y valentía de salir a las calles del pueblo a ganarse el sustento de ella y su familia, siendo un ejemplo vivo de muchos que apreciamos su extraordinario esfuerzo, lastima que una persona de su edad tenga que tomar el riesgo de ser atropellada además de realizar todo el esfuerzo físico de dominar un animal que a leguas se ve que tiene mas fuerza que ella por que desgraciadamente al 2010 no exista en nuestro país una garantía institucional por parte del Estado de suplirle “LO BASICO” a personas que carecen de los recursos y las condiciones para su sustento.
Esta otra imagen tomada del blog de Rafi Genao muestra a dos vendedores ambulantes en la ciudad de Puerto Plata en el 1931 donde en ese entonces la población rural superaba por mucho a la urbana, en la parte superior un vendedor de piña y en la inferior un vendedor de yerbas, para entonces se trasladan en burros y caballos hacia la ciudad a vender sus mercancías tal como hace la doñita de la foto de arriba.
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