Habituados a las salsas, las grasas saturadas y festines de carne de chivo y cerdo, el 30 por ciento de los dominicanos son obesos y están en peligro de sufrir infartos. Al menos esa fue la advertencia circulada hoy por el Instituto Dominicano de Cardiología (IDC) ante la inmisericorde ola de calor que azota al país desde hace días. Con temperaturas promedio de hasta 33 grados Celsius en la capital y bajo un cielo azul huérfano de nubes, todos sufren la onda de calor, resistente incluso a los equipos de aire acondicionado.
En Puerto Plata la situación es más candente pues los termómetros suben hasta los 35 grados sin que la vecindad con el Atlántico sirva de mucho, a menos que uno se sumerja en sus aguas. Alarmado por la letal combinación de canícula y alimentación inadecuada, el IDC advirtió a los dominicanos que modifiquen ciertos hábitos, entre ellos su adorada carne de cerdo, a la que son adictos. Como alternativa los cardiólogos proponen incrementar el consumo de vegetales y frutas, tomar mucha agua y no exponerse al sol, como si esto último fuera posible en esta isla, propiedad del astro rey todo el año.
Otra de las sugerencias, evitar los ejercicios extenuantes, es casi de obligatorio cumplimiento aún sin desearlo: al mediodía circular por las calles es casi una hazaña que pocos, y pocas, están dispuestos a emprender. Con una sola excepción, justo es decirlo, el amor. Tenido por especialistas como el entrenamiento más integral, el ejercicio amatorio se desborda por los ojos, y las palabras de los habitantes de esta isla de sol y pasión con suficiente fuerza para ser considerado una contagiosa epidemia.
Articulo tomado de Prensa Latina, me gustó mucho la forma de redacción.
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